Un cuñado de Ruben Dario fue quien se encargó de sepultarlo, sin hacer velatorio y con la misma ropa que fue asesinado por el cuerpo policial.
Sus demás familiares no asistieron al cementerio a dar su último adiós, tampoco hubo escenas de llanto ni dolor, como suele ocurrir con el fallecimiento de un ser querido, sus padres viven fuera del país.
Al parecer nadie se condolió con la muerte de este asesino, asesino de cuatro personas, siendo ellos, su ex pareja (madre de dos de sus hijos) y tres familiares de la misma, mas otra persona que también resultó herida con el hecho, ninguno de sus nueve hijos los cuales tuvo con tres diferentes mujeres asistieron a su sepultura.
Miembros de la Policía Nacional ultimaron el pasado martes 17 del presente mes, a Rubén Darío junto a su compañero José Luis Mañón, de 20 años, en un supuesto intercambio de disparos, en la autopista de San Isidro en una cabaña llamada ´´Presidente´´. El cuerpo del ayudante de Rubén fue reclamado por su abuela.