En un contexto de crecientes tensiones y desafíos migratorios, las declaraciones y acciones del presidente dominicano, Luis Abinader, respecto a la situación haitiana han suscitado un intenso debate. Recientemente, Abinader reiteró en la Asamblea General de las Naciones Unidas que “no hay ni habrá nunca solución dominicana al problema haitiano“, llamando a la comunidad internacional a intensificar sus esfuerzos para estabilizar a Haití.
Sin embargo, las cifras actuales sobre el impacto de la inmigración haitiana en el sistema educativo y sanitario dominicano pintan una imagen distinta, presisamente en los gobiernos de Luis Abinader.
Mientras que los estudiantes haitianos han aumentado en un 83.04%, los dominicanos han disminuido en un 11.09%. Esto ha llevado a críticas de que las escuelas públicas dominicanas, financiadas por los impuestos de los ciudadanos dominicanos, están siendo desbordadas por la afluencia de estudiantes haitianos, con un costo estimado entre RD$53,116 y RD$160,064 por estudiante haitiano.
La Carga Económica y Sanitaria
El impacto económico no se limita solo al ámbito educativo. El Servicio Nacional de Salud (SNS) informó que durante los primeros dos meses del 2024, el 35% de los nacimientos en hospitales públicos fueron de madres haitianas, con un total de 5,488 partos. Este aumento ha llevado a que una parte significativa del presupuesto nacional de salud se destine a atender a estas madres extranjeras, según el exministro de Salud Pública, Daniel Rivera.
Los hospitales más afectados incluyen la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, que registró 609 nacimientos de madres haitianas, y el Hospital San Lorenzo de Los Mina con 477 partos. Estas cifras revelan una presión considerable sobre el sistema de salud dominicano, exacerbada por la falta de chequeos prenatales entre las madres haitianas, lo que aumenta la tasa de mortalidad materno-infantil.
Contradicciones en el Discurso y la Realidad
La postura de Luis Abinader ante la comunidad internacional contrasta con la realidad en terreno. Mientras él aboga por una intervención internacional y rechaza una “solución dominicana” al problema haitiano, los datos sugieren que la República Dominicana ya está soportando una carga significativa que se nota mas en su gestión.
Esta contradicción ha llevado a algunos a acusar a Abinader de ser un “mentiroso patológico“, ya que sus declaraciones no reflejan la magnitud del impacto de la inmigración haitiana en la República Dominicana.
El presidente ha enfatizado que su gobierno no busca confrontación con el pueblo haitiano, sino con los elementos “incontrolables” que amenazan la estabilidad y los recursos hídricos compartidos, como el controvertido canal en el río Masacre. Sin embargo, la persistente afluencia de inmigrantes haitianos y la presión sobre los servicios públicos dominicanos plantean una realidad que parece contradecir sus palabras.
La situación en la frontera dominico-haitiana y el impacto de la inmigración haitiana en la República Dominicana continúan siendo temas delicados y complejos. Mientras el presidente Abinader pide apoyo internacional para resolver la crisis en Haití, la realidad demuestra que la carga ya recae fuertemente sobre los recursos dominicanos.
Esta discrepancia entre el discurso y la realidad subraya la necesidad de una evaluación crítica y honesta de las políticas migratorias y sus implicaciones a largo plazo para la República Dominicana.
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Sobre el decir que el presidente Luis abiinader miente es un exceso del que escribe. La línea del presidenta ha sido y es coherente. La solución al pueblo haitiano no nos concierne. Ahora, los haitianos que viven aquí, el problema es nuestro. En ningún país d l mundo niegan asitencia médica a quien la necesite ni tampoco educación . Si no puede entender eso. Siga la comunidad dominicana en todo el mundo
Gracias por consumir el contenido, no obstante, en los países que usted hace mención se les da servicios de EMERGENCIA, más no consultas y tienen que pagarlos. En relación a la educación, no se les niega a nadie, más no es a costa de dejar fuera a los nacionales de esos países.