El gobierno dominicano con el presidente Luis Abinader ha oscilado entre la promesa de convertir al país en un exportador de energía y la realidad de una crisis eléctrica nacional que, según sus propios informes, tomará al menos tres años resolver. En un giro irónico, mientras el presidente Luis Abinader revelaba planes para tener un exceso de generación eléctrica suficiente para vender a Haití, se enfrentaba a un sistema de distribución que opera en condiciones críticas.

La Promesa de Exportación: Un Sueño Ambicioso

En un comunicado reciente, el presidente Abinader expresó que la República Dominicana se preparaba para un exceso de generación eléctrica, con el objetivo de vender este excedente a Haití.

Esta idea, aunque ambiciosa, estaba respaldada por la intención de licitar grandes proyectos de energía renovable y mejorar la infraestructura existente. La visión era clara: convertir al país en un líder regional en producción energética y, eventualmente, exportar energía como una fuente adicional de ingresos.

La Cruda Realidad: Crisis en el Sistema de Distribución

Sin embargo, este sueño de exportación contrasta fuertemente con la situación actual del sistema eléctrico dominicano. Según el Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), el sistema enfrenta una crisis severa, con más de 800,000 usuarios conectados ilegalmente y una infraestructura de distribución que opera en sobrecarga constante. Esta situación es especialmente preocupante en las tres principales distribuidoras: Edenorte, Edesur y Edeeste, donde numerosos transformadores están operando por encima de su capacidad.

Inversión y Privatización: La Solución del Gobierno

Ante este panorama, el gobierno ha anunciado una inversión de US$650 millones en el sistema de distribución, con la esperanza de mitigar las pérdidas y mejorar la eficiencia de las operaciones para el año 2027. Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿por qué necesitamos gastar tal suma de dinero público para luego entregar la gestión de las EDEs al sector privado?

Un Negocio Redondo para el Sector Privado

La intención de privatizar la gestión de las EDEs después de realizar una inversión tan significativa plantea serias dudas. ¿Cuánto pondrán esos sectores privados para la mejora del sistema? ¿Por qué el Estado debe asumir todos los riesgos y gastos solo para que luego los beneficios se queden en manos de empresas privadas? Este modelo de “construir para privatizar” parece ser un negocio redondo para el sector privado, pero un pésimo trato para el pueblo dominicano.

¿Qué Pasará con el Futuro Energético?

La contradicción entre las promesas de exportación de energía y la crisis interna del sistema eléctrico revela una falta de coherencia en la gestión gubernamental del sector del presidente Abinader.

Si el objetivo es realmente mejorar el sistema eléctrico para todos los dominicanos, el enfoque debería estar en una gestión pública eficiente que asegure que las inversiones realizadas con fondos del Estado beneficien directamente a los ciudadanos, y no a un puñado de empresas privadas. De lo contrario, el pueblo dominicano terminará pagando dos veces: primero con impuestos y luego con tarifas más altas por un servicio esencial que podría estar mejor gestionado.

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