El Palacio de Justicia de Santo Domingo Este fue escenario, este viernes 10 de octubre, de otro episodio que bien podría ilustrar las ironías y debilidades del sistema judicial dominicano. La audiencia del proceso que enfrenta al alcalde de Santo Domingo Este, Dio Astacio, y al comunicador Fernando Buitrago (“El Cubano”), terminó siendo más una muestra del desconcierto procesal que un avance jurídico.
El “cambio de fecha” que nadie conocía
El comunicador se presentó a la audiencia sin sus abogados defensores, portando una notificación de un supuesto cambio de fecha, documento que sorprendió tanto a la jueza Dolores Galay como a todas las partes presentes. El tribunal, el Ministerio Público y la defensa del alcalde afirmaron no tener conocimiento ni registro oficial de dicha modificación, lo que generó un ambiente de incertidumbre y especulación en la sala.
Pese a ello, la magistrada Galay decidió otorgarle 15 minutos a Buitrago para intentar contactar a sus abogados, dejando claro que “este caso debía conocerse hoy”.
Reacción del Ministerio Público y la defensa del alcalde
Ante la ausencia de la defensa técnica de Fernando Buitrago, tanto la representación del alcalde Dio Astacio como el Ministerio Público solicitaron al tribunal declarar el abandono de los abogados, alegando que no existen méritos ni justificaciones válidas que respalden su inasistencia. Pidieron además dar parte a la Defensoría Pública para asumir la representación del imputado y evitar nuevas dilaciones procesales.
En respuesta, Fernando Buitrago dijo que sus abogados llegarían en 45 minutos, pero la jueza fue tajante: si no justifican su ausencia, se declarará formalmente el abandono de la defensa.
Un hecho inusual
Desde HackeandoelSistema.net consideramos muy raro y poco común lo ocurrido. Resulta difícil de creer que un profesional del derecho como Jacobo Colón, ampliamente reconocido por su responsabilidad, ética y disciplina profesional, no se haya presentado ni comunicado con el tribunal. Del mismo modo, Miguel Surún Hernández, abogado con proyección mediática y carrera política, tampoco compareció, lo que aumenta las interrogantes sobre las verdaderas razones de esta ausencia.
Por respeto profesional y personal, decidimos no atribuirles responsabilidad directa, ya que es sabido que el sistema judicial dominicano tiene fallas estructurales que a veces generan desinformación y errores administrativos incluso en casos de alto perfil.
La posición del alcalde Dio Astacio
Durante la audiencia, el alcalde Dio Astacio solicitó a la magistrada tomar en cuenta todo lo ocurrido para la próxima convocatoria, señalando que esta situación afecta el funcionamiento del Ayuntamiento de Santo Domingo Este. Según explicó, la defensa de Fernando Buitrago no solo lo cita a él, sino también a varios directivos y funcionarios municipales, lo que entorpece la gestión y la operatividad del gobierno local.
El edil expresó su disposición a colaborar con la justicia, pero pidió que el proceso se maneje con criterio, orden y respeto institucional, recordando que detrás del cargo hay responsabilidades con una ciudad de más de un millón de habitantes.
Testigo presente sin notificación
En un hecho paralelo, trascendió que el director de HackeandoelSistema.net figuraba en el expediente como testigo citado, pero nunca fue notificado oficialmente.
Gracias a nuestras fuentes y contactos en el ámbito judicial y comunicacional, tuvimos conocimiento de la audiencia y asistimos, reafirmando nuestro compromiso con el acceso a la verdad y la transparencia pública.
Una conciliación rota
Cabe recordar que en ediciones anteriores, desde esta plataforma, sugerimos la búsqueda de una conciliación entre las partes, lo cual —según fuentes— llegó a materializarse en algún momento. Sin embargo, el propio Buitrago habría violado los términos de ese acuerdo, lo que llevó a reactivar el proceso judicial.
Reflejo de una justicia entre la forma y el fondo
Lo ocurrido hoy no solo deja interrogantes sobre la defensa de Buitrago, sino que también expone una vez más la fragilidad del sistema judicial dominicano, donde los procedimientos a menudo se ven opacados por tácticas dilatorias y errores administrativos.
Mientras tanto, el caso continúa su curso, dejando en evidencia que, en la justicia dominicana, la forma suele pesar más que el fondo, y donde los aplazamientos se vuelven más frecuentes que las decisiones.
El país seguirá atento al desarrollo de este proceso que, más allá del enfrentamiento entre un alcalde y un comunicador, retrata el choque entre la institucionalidad, los egos y las debilidades de un sistema que necesita urgente modernización y rigor.
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