La alcaldesa del municipio de Higüey, Karina Aristy, anunció este lunes que queda «totalmente prohibido» el uso de vapers, hookah y el consumo de bebidas alcohólicas en plazas y parques de la ciudad.
A través de un comunicado en sus redes sociales, Karina Aristy explicó que la medida tiene como objetivo «mantener un ambiente saludable y seguro para todos los visitantes«.
Esta prohibición entra en vigor de manera inmediata y busca promover hábitos de vida saludables y garantizar un entorno familiar en los espacios públicos de la ciudad.
La medida ha suscitado opiniones divididas entre los ciudadanos. Feliciano Villa, por ejemplo, comentó que «debe caer preso todo aquel que lo haga, pero que no sea para unos sí y otros no«. Por su parte, Roque Adalberto se preguntó si esta prohibición implicará el cierre de negocios del bulevar que venden alcohol, cuestionando si estos establecimientos tendrán un trato distinto. Cecilio Rufino, otro usuario, consideró la medida «excelente» pero subrayó la importancia de un seguimiento riguroso y multas altas para disuadir a los infractores.
Análisis de la Legalidad
La decisión de prohibir el uso de vapers, hookah y el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos plantea un debate sobre su legalidad y efectividad. En la República Dominicana, ni el uso de vapers ni el de hookahs están prohibidos por ley.
Además, su importación y comercialización son legales, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad de una autoridad municipal para imponer restricciones que no están respaldadas por la legislación nacional.
Desde un punto de vista legal, esta medida puede ser vista como una extralimitación de las competencias municipales. Las leyes dominicanas no contemplan la prohibición de estos productos, y su comercialización está permitida bajo las regulaciones vigentes.
Por lo tanto, cualquier medida restrictiva debería estar alineada con la normativa nacional, y en caso de discrepancia, podría ser impugnada por su inconstitucionalidad o ilegalidad.
Populismo y Buenas Intenciones
A pesar de las buenas intenciones de la medida, es importante considerar su trasfondo populista. La decisión de Karina Aristy puede ser interpretada como un intento de ganar popularidad y apoyo entre ciertos sectores de la comunidad que abogan por un entorno más saludable y seguro.
Sin embargo, al no estar respaldada por la legislación nacional, la medida corre el riesgo de ser vista como un gesto simbólico más que como una solución efectiva a los problemas de salud pública.
Las autoridades municipales tienen la responsabilidad de garantizar el bienestar de sus ciudadanos, pero sus acciones deben estar en consonancia con las leyes del país.
Prohibir algo que la ley no prohíbe puede generar conflictos y percepciones de injusticia, especialmente si la aplicación de la medida no es uniforme. La implementación de esta prohibición podría enfrentar desafíos legales y prácticos que podrían socavar su efectividad y credibilidad.
La prohibición del uso de vapers, hookah y el consumo de bebidas alcohólicas en plazas y parques de Higüey por la alcaldesa Karina Aristy, es una medida bien intencionada pero controversial.
Si bien busca crear un ambiente más saludable y seguro, su legalidad y efectividad son cuestionables en el contexto de las leyes dominicanas actuales. Las autoridades deben considerar la viabilidad y la coherencia de sus decisiones con la normativa nacional para evitar percepciones de arbitrariedad y asegurar que las medidas adoptadas tengan un impacto positivo real en la comunidad.
Si te pareció interesante, Coméntalo y compártelo con tus amigos.
Te dejamos nuestros más reciente análisis: ¿Por Qué EE.UU. Envía a los Haitianos que Cruzan a Puerto RIco en Yolas Hacia República Dominicana?