La política dominicana parece estar atrapada en un ciclo interminable de desencanto y frustración. La sensación de que los ciudadanos deben elegir entre el «menos malo» o el «mal menor» ha permeado la sociedad. Esta reflexión crítica es fruto del escepticismo en torno al liderazgo político que ha gobernado el país durante años. En particular, la figura de Leonel Fernández ha generado controversia y debate, ya que busca capitalizar políticamente a pesar de 12 años en el poder y cuestionamientos a su gestión.
12 Años de Oportunidades No Aprovechadas:
Leonel Fernández, tras gobernar durante tres mandatos que sumaron 12 años, ha dejado un sabor amargo en muchos dominicanos.
A pesar de contar con la oportunidad de abordar y resolver numerosos problemas nacionales, su enfoque pareció alejado de la realidad local. En lugar de abordar las necesidades apremiantes de su país, se le acusa de gobernar desde una perspectiva global, sin conectar con los problemas cotidianos de la sociedad.
El hecho de que Fernández regrese a la arena política después de tres gobiernos, presentándose como el mejor candidato para solucionar los problemas que supuestamente no abordó durante su mandato, genera una sensación de incredulidad y desconcierto en muchos dominicanos.
La Desesperante Elección del «Menos Malo»:
La triste realidad es que la sociedad dominicana se enfrenta a elecciones en las que debe debatirse entre lo que considera el «menos malo» entre los candidatos.
En lugar de aspirar a líderes competentes y visionarios, el enfoque parece ser la selección del candidato que represente la menor amenaza para el bienestar del país. Esta situación es sintomática de una crisis de liderazgo político.
El panorama político en la República Dominicana plantea desafíos fundamentales para su sociedad. El eterno debate entre el «menos malo» y el «mal menor» refleja la desilusión y el desencanto en torno al liderazgo político.
El retorno de Leonel Fernández a la política, después de 12 años en el poder, como el supuesto salvador de problemas que nunca abordó, parece más una película de terror o una comedia de mal gusto que una solución viable.
La sociedad dominicana enfrenta la urgente necesidad de renovar su liderazgo político y exigir un enfoque más coherente y efectivo para abordar sus desafíos nacionales.
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