Este artículo no tiene nada en contra de los nacionales haitianos, solo es la expresión de la preocupación que ellos como nación representan, hacia las personas de mi país.
Lo primero es la inmigración desmedida desde Haití hacia la República Dominicana, todo porque tenemos gobernantes que se arrodillan ante las grandes naciones que nos imponen presiones para flexibilizar las políticas migratorias de la República Dominicana.
Con la inmigración de parturientas haitianas, le afecta directamente a los dominicanos, puesto que nosotros con los pocos recursos que tenemos, sostenemos un sistema de salud precario que en su mejor momento no cumple con los dominicanos y se agrava más cuando tenemos darle los servicios a las parturientas haitianas.
Haitianas que luego vemos en muchas calles de nuestro país, pidiendo dinero con los niños al hombro, sin que migración pueda hacer las deportaciones masivas necesarias.
Luego son los hombres haitianos que cruzan la frontera para trabajar en el campo o en sector construcción, y esto son contratados por los empresarios, porque no le pagan lo justo por las funciones que esto hacen, tampoco les garantizan seguro de salud ni las obligaciones de ley que le corresponden.
Cuando estos inmigrantes haitianos cobran su dinero una gran parte de ese dinero es enviado Haití por remesa, y si muy bien es cierto que cada trabajador se gasta su dinero como quiera, si esos trabajadores fueran dominicanos el dinero no fuera a ninguna parte y se quedara en el país, también es cierto que los dominicanos hacen lo mismo en otros países y lo envían como remesas aquí, con la diferencia es que los dominicanos emigramos a países económicamente más estables y no a otro país pobre como el de nosotros.
Pero en las últimas décadas el principal problema con la inmigración haitiana son el sin número de delincuentes haitianos que cruzan la frontera, que no vienen a trabajar o por razones de salud, si no más bien que su única motivación es la delinquir, conseguir dinero rápido, robar, matar y traficar por la frontera droga, armas y mercancías comercial de contrabando.
Y cuando por casualidad las autoridades logran detener uno de estos individuos tenemos organismos internacionales que le doblan el pulso al gobiernos dominicano y tienen que hacer caso omiso.
Los problemas de haití y de los haitianos debe resolverse en su país.