Por Arturo Pérez Matos.
La percepción que está en el ambiente nacional es que quienes nombran no son del PRM ni aliados, sino que los peledeistas siguen gobernando.
Yo soy de los que entiendo que los puestos públicos son para todos los dominicanos sin importar bandería política, esto es en teoría lo correcto, pero la práctica y el clientelismo es todo lo contrario.
Incluso en países más civilizados que el nuestro como por ejemplo Estados Unidos que es nuestro punto de referencia más cercano, cuando hay un cambio de gobierno se produce una revolución en la nómina pública para darle cabida a los partidarios del candidato ganador.
Tengo entendido que en la mayoría de las instituciones todavía siguen en nómina empleados de la gestión gubernamental pasada que públicamente hicieron campaña a favor del candidato oficial que perdió las elecciones, eso me consta porque de manera personal conozco muchos que siguen disfrutando de ese privilegio, como conozco más que lucharon por llegar a Estado y aún no han sido tomados en cuenta, tanto del PRM como aliados.
Esta situación le habían pedido un compás de espera hasta el mes de enero para resolverle a sus compañeros y precisamente este primer mes del nuevo año finiquito hoy, los perremeistas y aliados en su mayoría no han recibido el pago político prometido.
Al parecer el gobierno se metió en miedo con las demandas laborales interpuestas por los empleados públicos cancelados o no creen en las facultades y capacidades de sus compañeros y aliados para ejercer una función efectiva en el tren gubernamental, una de dos.
Figuras de relevancia y de una labor proselitista dilatada desde ante de las últimas elecciones están en la gatera esperando salir a correr en una posición estatal ya ganada con antelación con esfuerzo y dedicación mientras los contrarios que jugaron a que el PRM perdiera aún siguen bebiendo del néctar endulzado con las mieles del poder.