En el ámbito latinoamericano, la postura de los líderes frente a la influencia extranjera en los medios de comunicación ha sido diversa. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha adoptado una posición firme al denunciar públicamente a periodistas y medios que, según él, reciben financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con el objetivo de desestabilizar gobiernos y promover agendas específicas.
En contraste, el presidente dominicano, Luis Abinader, ha mantenido una postura más cautelosa respecto a las acusaciones de financiamiento extranjero a periodistas en su país. Recientemente, surgieron denuncias en las que se señalaba a reconocidos periodistas dominicanos de recibir fondos de USAID. Ante estas acusaciones, Abinader afirmó que las mismas, de ser falsas, afectan la democracia dominicana y sugirió que podrían implementarse políticas de restricción hacia medios e influencers que difundan información sin fundamento.
A pesar de la falta de pruebas concluyentes sobre el financiamiento de periodistas por parte de USAID, algunos observadores han notado que ciertos medios de comunicación y periodistas en la República Dominicana han promovido narrativas que coinciden con agendas respaldadas por dicha agencia. Estas narrativas incluyen críticas a gobiernos anteriores, cuestionamientos sobre la soberanía nacional y el nacionalismo, y la promoción de políticas relacionadas con la integración haitiana en la sociedad dominicana.
Por ejemplo, Participación Ciudadana, una organización financiada por USAID, ha sido señalada por su influencia en la promoción de políticas que algunos consideran contrarias a la identidad nacional dominicana. Además, se ha debatido sobre el papel de ciertas ONGs y medios en la promoción de una agenda que podría interpretarse como favorable a la «haitianización» de la República Dominicana.
La ausencia de una postura más contundente por parte del presidente Abinader en este contexto ha generado dudas sobre la integridad y la independencia de algunos medios de comunicación y periodistas en el país. Mientras que Nayib Bukele ha optado por confrontar directamente estas influencias, la respuesta más moderada de Abinader podría interpretarse como una falta de compromiso en la defensa de la soberanía informativa y nacional.
Mientras que en El Salvador el presidente Bukele ha acusado públicamente a periodistas de estar vinculados a financiamientos externos para promover agendas específicas, en la República Dominicana no se ha observado una postura similar por parte del presidente Luis Abinader. Las acusaciones en territorio dominicano han sido refutadas por las organizaciones y periodistas implicados, y no se han presentado evidencias que las sustenten.
Es esencial que las autoridades dominicanas investiguen a fondo estas acusaciones y clarifiquen la relación entre medios locales y entidades extranjeras. La transparencia en este ámbito es crucial para garantizar una prensa verdaderamente independiente y al servicio de los intereses nacionales.
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