Querido Adan Peguero, en un país donde la política a menudo se tiñe de favoritismos, prejuicios y discriminación, tu historia es un ejemplo claro de las dificultades que enfrenta la gente común, especialmente aquellos que provienen de barrios humildes como Los Minas.

La actitud del presidente Luis Abinader y su gobierno hacia ti es una bofetada a la igualdad y la justicia en la República Dominicana.

No debes esperar que el gobierno de Abinader te tome en cuenta de ninguna manera. A juzgar por su comportamiento, parece que no encajas en el “perfil” que él prefiere. Eres un dominicano honesto, trabajador y, sí, de piel morena, pero eso no debería ser un obstáculo para tener oportunidades en la política, oportunidad que ya te has ganado.

El hecho de que te quitaran tu posición en el INPOSDOM simplemente por tu color de piel y tu origen es inaceptable y vergonzoso, por que la justicia independiente no te pudo someter, porque no encontraron nada en tu contra.

En una sociedad donde la discriminación racial sigue siendo un problema latente, es especialmente indignante ver cómo el PRM y el gobierno permitieron tu Adan Peguero fueras condenado mediáticamente.

Los tribunales no han dictaminado en tu contra, pero tu reputación fue manchada con el único propósito de debilitar tu posición política. Este tipo de tácticas son vergonzosas y dañinas para la democracia.

Es doloroso ver cómo en las primarias financiaron a un candidato que claramente no contaba con el apoyo de la base del PRM, todo con el objetivo de humillarte y socavar tu influencia política. Tu origen humilde en Los Minas no debería ser un motivo para relegarte al margen.

La democracia debe ser inclusiva y dar voz a todos los ciudadanos, independientemente de su origen, apariencia o apellido.

Adán Peguero, no te mereces que se te trate de esta manera. No eres un “blanquito” de apellido sonoro, pero eso no debería disminuir tu valía como ciudadano y político comprometido.

Has trabajado desde la base del partido, y eso te hace igual de importante que cualquier otro miembro. No debes rendir lealtad a quienes no te consideran o te subestiman.

La historia de Adan Peguero es un recordatorio doloroso de que la discriminación y los prejuicios persisten en la política dominicana.

Como sociedad, debemos luchar por un sistema político más inclusivo y justo, uno en el que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de participar y ser escuchados, independientemente de su origen o apariencia.

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