David Collado ha logrado «posicionarse» en la escena política dominicana gracias a una sólida estrategia de imagen, pero sin mostrar un verdadero compromiso partidario ni una propuesta clara de nación. Aunque forma parte del Partido Revolucionario Moderno (PRM), su vínculo con la organización es débil, y su popularidad parece más resultado de una campaña bien financiada que de méritos políticos reales.
Sin base en el PRM
David Collado no pertenece a la estructura orgánica del PRM ni cuenta con el respaldo de las bases. En las elecciones de 2024 fue asignado a la Circunscripción 1 de Santo Domingo Este, pero no hizo campaña. Su designación fue simbólica, más para mantenerlo en el ojo público que para obtener resultados reales. Esa desconexión con el partido lo deja sin fuerza interna en caso de aspiraciones mayores, como una precandidatura presidencial.
En un partido con militancia activa, como el PRM, es difícil avanzar sin contar con apoyo territorial, sin liderazgo en las estructuras intermedias ni relación con la dirigencia.
El silencio como estrategia
Desde hace tiempo, Collado ha evitado hablar en medios abiertos o debates improvisados. Su equipo se asegura de que sus mensajes estén editados, limitando sus intervenciones a frases simples, sin profundidad conceptual ni propuestas claras. Esto ha generado dudas sobre su capacidad real para liderar o sostener una conversación seria sobre los principales problemas nacionales.
Medios como Diario Libre han señalado que “elude como reptil las alocuciones conceptuales”, dejando en evidencia que su fuerte está en la imagen, no en las ideas.
Más empresario que político
David Collado inició su carrera política de la mano del empresario Juan Bautista Vicini, quien lo respaldó para la alcaldía del Distrito Nacional en 2016. Desde entonces, ha sido identificado como un actor vinculado a los sectores empresariales más que a los intereses populares.
Su paso por la Alcaldía y el Ministerio de Turismo ha estado marcado por acciones visibles, pero superficiales: embellecimiento de espacios públicos, eventos internacionales, promoción publicitaria. Nada de reformas profundas, ni de lucha contra la corrupción, ni de defensa de causas sociales.
Lejos del pueblo y la diáspora
Quienes han coincidido con Collado en el exterior, especialmente en ciudades como Nueva York, aseguran que se comporta con frialdad y no muestra empatía hacia los dominicanos de la diáspora. “No saluda ni visita a nadie, va directo a sus reuniones privadas”, denuncian algunos comunitarios.
Esa desconexión con la gente real también se nota en sus recorridos locales, que suelen ser organizados para las cámaras, sin contacto genuino con los barrios ni con las preocupaciones cotidianas de la mayoría.
¿Una candidatura vacía?
David Collado ha sido premiado y elogiado por entidades ligadas al turismo y al sector privado, pero su historial carece de una visión de país. No ha presentado ideas para enfrentar la pobreza, la inseguridad, la falta de oportunidades o el deterioro institucional. Todo lo que proyecta es una imagen: limpia, bien hablada, pero vacía.
¿Es eso suficiente para aspirar a liderar un país como República Dominicana? ¿Puede un político sin discurso, sin partido y sin pueblo llegar a ser presidente solo con marketing?
La respuesta dependerá de cuán despierta esté la sociedad dominicana y de si estamos dispuestos a seguir votando por etiquetas, o si comenzamos a exigir contenido real, compromiso verdadero y propuestas concretas.
Nota aclaratoria:
Algunas informaciones contenidas en este artículo tienen carácter especulativo, fundamentadas en el análisis de hechos públicos y en el comportamiento reciente de los actores mencionados, así como en una filtración genuina proveniente de una fuente de entero crédito. En virtud de los principios éticos del periodismo y del marco legal nacional e internacional, nos reservamos el derecho de proteger la identidad de dicha fuente, conforme a lo establecido en el Artículo 49 de la Constitución de la República Dominicana, que garantiza la libertad de expresión e información, así como el derecho a mantener el secreto profesional. Este derecho también está respaldado por instrumentos internacionales como el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y los principios establecidos por la UNESCO y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la libertad de prensa. La protección de nuestras fuentes es no solo un derecho, sino un deber ético frente al interés público y la democracia.
Desde HackeandoElSistema.net seguiremos informando sobre este tema, que planteamos primero que cualquier otro medio en la República Dominicana.
Y mientras algunos hacen espectáculos noticiosos, en Hackeandoelsistema.net hacemos periodismo. Lo nuestro es memoria con contexto, no show con libreto.
No te olvides de crear tu perfil en HES Social para que puedas comentar cualquier noticia, subir tus denuncias y compartir tus opiniones con la comunidad.
Te dejamos nuestros más reciente análisis: ¿Omar Fernández presidente? ¿O Leonel en las sombras?