
La crisis en la frontera entre República Dominicana y Haití es una cuestión que va más allá de lo que a menudo se refleja en los medios de comunicación internacionales. Mientras que el 90% de lo que se ve es sensacionalismo y el 5% es populismo, solo un 5% refleja la verdad subyacente de la situación.
En el corazón de esta disputa se encuentra la construcción de un canal de riego de agua, un proyecto que ha avivado tensiones históricas entre los dos países.
Además, existe un tratado de amistad y vecindad que prohíbe específicamente la construcción de tales obras en la región, lo que agrega un componente legal a la controversia.
El proyecto de canal de riego se alimenta de un río Dajabón en la República Dominicana, que abarca 55 millas, de las cuales solo 7 millas pasan por el territorio de Haití.

Esta franja solía ser parte del territorio dominicano hasta que el dictador Trujillo decidió cederla a Haití. La construcción de esta obra ha sido un punto de conflicto, y el presidente dominicano Luis Abinader, ha decidido cerrar la frontera terrestre, aérea y marítima con Haití, además de suspender la emisión de visas a ciudadanos haitianos.
En caso de que el conflicto en la frontera dominico-haitiana se intensifique y se convierta en un enfrentamiento entre soldados dominicanos y grupos armados haitianos, con la posibilidad de que civiles de ambos países resulten heridos o muertos, se abriría un escenario peligroso.
La comunidad internacional ha sido reticente a intervenir en la crisis haitiana en el pasado, a pesar de las múltiples crisis humanitarias que el país ha enfrentado. Sin embargo, un conflicto directo podría cambiar la dinámica.
Si la situación en la frontera se vuelve lo suficientemente explosiva como para requerir una intervención internacional, es posible que la comunidad internacional intervenga en la isla completa, unificando los dos países. Esta medida permitiría a la comunidad internacional asumir la responsabilidad de abordar los problemas y desafíos que Haití presenta.
La crisis en la frontera dominico-haitiana es una situación compleja y potencialmente peligrosa que involucra temas de historia, política, legalidad y seguridad.
La posible intervención internacional en la isla completa, aunque una opción extrema, se convierte en un escenario plausible si la situación actual se deteriora aún más.
En última instancia, la comunidad internacional y los líderes de ambos países deben buscar soluciones pacíficas y sostenibles para abordar los problemas compartidos en la frontera y promover la estabilidad y el desarrollo en la región.

Los problemas de Haití, nunca tendra una solucion llamada Republica Dominicana, primero se hunde la isla.
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