En un acto que refleja la falta de transparencia y la doble moral en la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG), su directora Milagros Ortiz Bosch intentó justificar el gasto exorbitante de 55 millones de pesos en un evento, alegando que solo se habían comprometido 22 millones. Sin embargo, una revisión detallada de los documentos del proceso de contratación desmiente categóricamente sus declaraciones, revelando una realidad que va en contra de los principios de ética que se supone que su oficina debe defender.
La situación gira en torno al “Tercer Congreso Internacional de Integridad Gubernamental y Cumplimiento Normativo”, un evento cuyo costo total fue de RD$55,474,173.17, adjudicado y contratado para llevarse a cabo en el lujoso Hard Rock Hotel & Casino en Punta Cana. A pesar de que Ortiz Bosch ha intentado engañar a la opinión pública, afirmando que la Dirección de Ética solo habría pagado 22 millones, los documentos del proceso de licitación revelan lo contrario.
Las Evidencias: Un Contrato de 55 Millones
El proceso de licitación, identificado como DIGEIG-CCC-PEPU-2024-0001, muestra claramente que la DIGEIG no solo adjudicó, sino que también contrató y se comprometió a pagar los 55 millones de pesos. Esto se refleja en la solicitud de compra No. 138-2024, emitida el 24 de junio de este año, donde se hace constar la necesidad de contratar los servicios de alojamiento y salón de conferencias para el evento. En ese mismo documento, se detalla que se contaba con los fondos suficientes para iniciar el proceso por el monto total, incluyendo una certificación de apropiación presupuestaria emitida el 27 de agosto, que avala el compromiso de la DIGEIG con la empresa proveedora, INVERSIONES ZAHENA, S.A., propietaria del Hard Rock Hotel.
Además, el contrato firmado el 23 de septiembre establece claramente que el 100% del pago, equivalente a RD$55,474,173.17, será desembolsado 30 días después de la recepción satisfactoria de los bienes y servicios. No hay mención alguna de que otras instituciones cubrirían parte del costo, como ha alegado Milagros Ortiz Bosch.
La Falsedad en las Declaraciones de Milagros Ortiz Bosch
Lo que resulta más preocupante en este caso es la falta de coherencia entre las palabras de la directora de Ética y la realidad documentada. Ortiz Bosch ha intentado minimizar el impacto de este gasto, insinuando que la DIGEIG solo asumiría una fracción del costo y que las demás comisiones de ética de las instituciones participantes cubrirían el resto. Sin embargo, no existe ninguna evidencia en los documentos del proceso de licitación que respalde esta afirmación.
El hecho de que la responsable de la Dirección de Ética, cuya misión es velar por la integridad y la transparencia en el gobierno, intente desinformar de esta manera, es una clara muestra de la doble moral con la que se maneja esta administración. Mientras la ciudadanía enfrenta una crisis económica, con recursos públicos limitados, Milagros Ortiz Bosch parece no tener reparos en destinar decenas de millones de pesos a un evento de lujo, pretendiendo que la gente creerá en sus mentiras.
Violación a la Ley de Compras y Contrataciones
Para empeorar la situación, este proceso también podría estar incurriendo en una grave violación a la Ley 340-06 de Compras y Contrataciones Públicas. La falta de transparencia y la posible presentación de información incompleta o errónea en la licitación abren interrogantes sobre la legalidad del proceso. Según la ley, los procedimientos de licitación deben estar basados en información precisa y detallada, algo que claramente no ocurrió en este caso.
Si la directora de Ética recurre a excusas y a mentiras para justificar un gasto que a todas luces es exorbitante y contrario al interés público, ¿cómo podemos confiar en que se esté velando por la integridad del resto del gobierno? Este caso no solo pone en entredicho la gestión de Ortiz Bosch, sino que también envía un mensaje preocupante sobre el estado actual de la ética en el gobierno dominicano.
Un Gobierno que Promueve la Hipocresía
Este episodio refleja de manera clara y contundente la doble moral de Milagros Ortiz Bosch y de la administración que ella representa. No es la primera vez que se intenta manipular la información para proteger decisiones cuestionables, pero en este caso, la desinformación se ha utilizado descaradamente para justificar un gasto injustificable en un evento que poco o nada aporta al bienestar de la ciudadanía.
En lugar de admitir la verdad y asumir las consecuencias de sus acciones, Ortiz Bosch ha optado por tratar de engañar a la población. Pero los hechos son claros: la Dirección de Ética adjudicó y comprometió 55 millones de pesos en este evento, y su directora ha intentado esconder esa cifra detrás de excusas y falsedades.
El pueblo dominicano merece transparencia, y es imperativo que los funcionarios responsables de velar por la ética en el gobierno practiquen lo que predican. De lo contrario, seguiremos viendo cómo la desconfianza en nuestras instituciones sigue creciendo, alimentada por la hipocresía y la deshonestidad de aquellos que deberían ser los guardianes de la integridad pública.
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