En medio de un encendido debate sobre la emisión de visas a ciudadanos haitianos, el expresidente Leonel Fernández ha lanzado duras críticas al gobierno actual, encabezado por Luis Abinader, acusando a su administración de haber emitido más de 400 mil visas a haitianos en lo que va del año 2024. Sin embargo, más allá de la veracidad o falsedad de los datos ofrecidos por Fernández, la cuestión central que surge es si el expresidente realmente posee la calidad moral para cuestionar la política migratoria de cualquier gobierno posterior, dado su propio historial en la materia.
Los números no mienten. Durante el mandato de Leonel Fernández(2004-2012), se emitieron 314,581 visas a haitianos, según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX).
Esto resulta en un promedio anual de 78,645 visados, cifra superior al promedio de 75,747 visas por año emitidas durante la gestión de Luis Abinader, lo que cuestiona la autoridad con la que Fernández critica. Si bien es cierto que durante el periodo 2020-2024 se otorgaron 309,299 visados a haitianos, esta cifra sigue siendo inferior a las que se emitieron durante su administración, especialmente en su segundo mandato.
¿Por qué Leonel Fernández se siente en posición de criticar lo que no supo mejorar durante su tiempo en el poder? La política migratoria de República Dominicana ha sido un tema sensible y complejo por décadas, y Fernández, como presidente, tuvo todas las oportunidades y herramientas para establecer un marco más efectivo y responsable en la administración de los flujos migratorios desde Haití. Sin embargo, los números y su gestión demuestran que no lo hizo. En lugar de rectificar el rumbo, la situación continuó con visados siendo emitidos sin una reforma estructural que brindara solución a los problemas migratorios que afectan a la nación.
Lo más preocupante es que no solo Fernández tuvo la oportunidad de mejorar esta situación, sino que su gobierno también fue parte del sistema que permitió y fomentó estas prácticas. Durante sus mandatos, no se implementaron políticas migratorias sólidas que contribuyeran a una gestión eficiente y transparente de las visas para ciudadanos haitianos. Los números actuales no son más que una continuación de una tendencia que él mismo estableció.
Por otro lado, la administración de Danilo Medina (2012-2020) también superó en gran medida las cifras de Fernández, con un total de 730,307 visados emitidos en dos periodos, alcanzando promedios anuales de hasta 96,943 visas. Aun así, Fernández ha optado por señalar únicamente al gobierno de Abinader sin hacer mención a las gestiones previas, de las que su propio partido fue parte. Esto revela una evidente falta de autocrítica y un intento de politizar un tema de profunda relevancia nacional.
La pregunta es clara: ¿por qué Leonel Fernández no actuó cuando tenía el poder? ¿Por qué no implementó un sistema más riguroso o promovió leyes que garantizaran un mejor control de la emisión de visas? Al parecer, el expresidente no supo o no quiso abordar con firmeza uno de los temas más delicados de la agenda nacional. Y ahora, desde la oposición, pretende erigirse como el crítico de una política que no logró mejorar durante su tiempo en el poder.
En conclusión, la postura de Fernández sobre este tema carece de legitimidad. Si bien es válido que cualquier ciudadano, incluso un expresidente, cuestione las acciones del gobierno actual, debe hacerlo con base en una reflexión sincera sobre su propio legado. El expresidente tuvo su oportunidad para corregir el rumbo de la política migratoria y no lo hizo. Por lo tanto, no posee la autoridad moral para ahora señalar con dedo acusador lo que no fue capaz de rectificar cuando tuvo el poder de hacerlo.
Lo que la ciudadanía necesita es un debate honesto sobre la política migratoria, que aborde las fallas de los gobiernos pasados y presentes, con el fin de construir un sistema más transparente y eficiente. Sin embargo, Leonel Fernández, con su historial, no es el más indicado para liderar este debate.
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