La República Dominicana vive un momento crucial en términos de reformas estructurales. Bajo el mandato del presidente Luis Abinader, se ha impulsado una serie de iniciativas para modificar distintos aspectos del orden jurídico, civil y constitucional del país. Sin embargo, entre todas las reformas propuestas, una de las más necesarias y exigidas por la población sigue sin ser tocada: la Ley de Seguridad Social, específicamente la que regula las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Esta ley, desde su promulgación, ha favorecido mayoritariamente a las administradoras privadas, mientras los trabajadores dominicanos ven esfumarse las esperanzas de una jubilación digna.

Las AFP: Ganancias Privadas, Pérdidas para los Trabajadores

La Ley 87-01, que establece de la República Dominicana de Seguridad Social, tiene una serie de fallos que permiten que las AFP manejen los fondos de los trabajadores de una manera profundamente injusta.

Estas administradoras, gestionadas por grandes familias empresariales, utilizan los fondos de pensiones para prestárselos al mismo gobierno, con tasas de interés mínimas. Lo que es más preocupante es que de los beneficios generados, las AFP se quedan con más del 80% en «gastos administrativos» y bonos para sus ejecutivos, mientras que los trabajadores, al llegar a la edad de retiro, reciben pensiones insuficientes. Es un sistema que ha sido tildado de «burla a la inteligencia humana», dado que aquellos que han aportado durante toda su vida laboral ven apenas migajas en comparación con lo que devengaban. Un trabajador que ganaba más de RD$50,000 mensuales puede encontrarse con una pensión de solo RD$10,000, que no es suficiente para cubrir gastos básicos como alimentos, medicamentos y vivienda.

El PRM y la Falta de Acción

El Partido Revolucionario Moderno (PRM), con mayoría en ambas cámaras legislativas, no tiene excusa para no reformar esta ley injusta. José Paliza, presidente del partido, ha declarado abiertamente que el PRM está en una posición de poder para aprobar las reformas que deseen, y sin embargo, en el tema de la seguridad social, parecen carecer de voluntad política. Este partido, que en campaña se comprometió a escuchar al pueblo, ha hecho oídos sordos al clamor nacional de una reforma que beneficie a los trabajadores y no solo a las administradoras.

El hecho de que el PRM no impulse una reforma a la Ley de Seguridad Social indica una falta de «material colgante» por parte del gobierno de Luis Abinader. Esta es una oportunidad para corregir un sistema que favorece a unos pocos y perjudica a la mayoría. Abinader ha mostrado interés en reformar otros aspectos del orden jurídico, pero cuando se trata de tocar intereses poderosos, como los de las AFP, la inacción es evidente.

¿Una Reforma Posible?

El PRM, con su mayoría legislativa, podría modificar la Ley 87-01 de forma equitativa para todas las partes si así lo quisiera. No se trata de eliminar a las AFP, sino de reformar el sistema para que los beneficios sean justos para los trabajadores, quienes durante años han sido los principales contribuyentes a un sistema que los abandona cuando más lo necesitan. Un reajuste de las tasas de administración, mayor transparencia en las inversiones, y una redistribución más equitativa de los rendimientos son solo algunas de las medidas que podrían transformar la seguridad social en el país.

Luis Abinader tiene en sus manos la posibilidad de dejar un legado de justicia social o de continuar perpetuando un sistema que favorece a los poderosos. Si no actúa, su administración quedará marcada por la oportunidad desperdiciada de corregir uno de los mayores males que afectan a los trabajadores dominicanos.

La reforma a la Ley de Seguridad Social de la República Dominicana, no es solo una cuestión técnica, sino una necesidad moral y económica que el país demanda. La excusa de la falta de poder político no aplica aquí; el PRM tiene la capacidad de hacer esta transformación si así lo desea. Abinader debe tomar una decisión: o continúa protegiendo los intereses de las AFP, o demuestra que su administración realmente escucha al pueblo.

«La verdadera medida de un líder no está en cuántos proyectos impulsa, sino en cuántos problemas resuelve para el bienestar de los más necesitados.»

-Melvin Sena.

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