El sector eléctrico en el país ha sido un tema de constante debate y controversia, especialmente bajo la administración actual. A pesar de las promesas de mejoras significativas y reformas profundas, los resultados han sido insatisfactorios para muchos. El 21 de febrero de 2021, se firmó un pacto nacional para la reforma del sector eléctrico con el objetivo de proporcionar un servicio más estable, eficiente y a menor costo.

Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente, y las últimas semanas han estado marcadas por apagones frecuentes, afectando especialmente a los sectores productivos del país.

Situación Actual del Sector Eléctrico.

El presidente ha defendido la situación actual argumentando que el 88% de la demanda de electricidad está siendo cubierta, y recientemente ese número ha aumentado al 98%. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para evitar los apagones.

Según el gobierno, estos cortes de energía se deben al deterioro de los transformadores y las redes, que se sobrecalientan y sufren más averías. Además, las pérdidas de las empresas distribuidoras de electricidad han aumentado considerablemente, lo que ha agravado el déficit financiero que el gobierno debe cubrir.

Durante la gestión de Luis Abinader, las inversiones en mejoras del sector eléctrico han caído a niveles mínimos. Según un artículo de Esteban Delgado publicado en el periódico El Dinero, las pérdidas de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDE) aumentaron un 34% desde 2019, incrementándose en siete puntos porcentuales.

Esto implica un gasto adicional de al menos 55,000 millones de pesos cada año en comparación con el periodo anterior a la pandemia. A pesar de esto, la tarifa eléctrica también ha aumentado, con un promedio más elevado que en 2019.

Gasto en Nómina y Pérdidas por Falta de Cobro

Uno de los factores críticos en el aumento de las pérdidas es el gasto en nómina de las EDE. A medida que las empresas han intentado gestionar y mantener una infraestructura envejecida y sobrecargada, los costos laborales han aumentado significativamente.

Además, la falta de cobro a muchos usuarios ha exacerbado la situación financiera de estas empresas. La ineficiencia en la recaudación de pagos ha llevado a un déficit financiero creciente, que el gobierno ha tenido que cubrir, sumando a la carga fiscal del Estado.

Preparativos para la Privatización

La tendencia hacia la privatización del sector eléctrico parece ser un camino inevitable. La caída en las inversiones y la falta de mejoras sustanciales han preparado el escenario para que los activos del sector eléctrico, incluidos los ojos del público, estén listos para ser privatizados.

La privatización, aunque vista por algunos como una solución para mejorar la eficiencia y la calidad del servicio, también plantea serias preocupaciones sobre el acceso y la asequibilidad de la electricidad para todos los ciudadanos.

El sector eléctrico se encuentra en una encrucijada. Las promesas de reformas y mejoras han quedado en gran medida incumplidas, y los costos han aumentado tanto para el gobierno como para los consumidores.

La combinación de un aumento en el gasto de nómina, pérdidas por falta de cobro y un déficit financiero creciente ha llevado a una situación insostenible.

Con la privatización en el horizonte, es crucial que se consideren cuidadosamente las implicaciones para todos los actores involucrados, especialmente los consumidores finales que podrían enfrentar tarifas aún más altas y un acceso limitado a un servicio esencial.

La transparencia, la rendición de cuentas y una estrategia bien planificada serán fundamentales para abordar los desafíos que enfrenta el sector eléctrico y asegurar un futuro más brillante y estable para todos.

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