El pasado 13 de enero, «La Semanal», el espacio de comunicación directa entre el presidente Luis Abinader y la prensa, retornó a su programación habitual cada lunes en el Palacio Nacional. Este formato ha sido presentado como un medio para fomentar la transparencia y el acceso a información de interés público. Sin embargo, desde Hackeandoelsistema.net observamos que los recientes cambios normativos que rigen este encuentro reflejan una serie de problemas estructurales y cuestionan su relevancia como espacio de debate en los temas que verdaderamente importan a la nación.
Normas que Revelan Control
A través de un anuncio hecho por Homero Figueroa, director de Comunicaciones de la Presidencia, se establecieron nuevas reglas para «La Semanal». Entre estas destacan:
- Exclusividad para la prensa: Solo los periodistas pueden hacer preguntas, asegurando un ambiente profesional.
- Diversidad: Solo se permite una pregunta por periodista, para garantizar la participación de más voces.
- Rotación obligatoria: No repetir semanalmente la participación de la misma persona.
- Prioridad a la prensa especializada: Enfocar las preguntas en las temáticas correspondientes.
Estas normas, lejos de fortalecer el espacio, parecen ser un mecanismo para limitar las intervenciones y evitar cuestionamientos más incisivos. La insistencia en normativas cada vez más estrictas es indicativa de un ambiente donde la libertad de la prensa está condicionada.
El Presupuesto de Publicidad: Una Relación Cuestionable
En Hackeandoelsistema.net hemos observado que muchos periodistas parecen estar condicionados por su afinidad con el gobierno. Aunque no tenemos pruebas definitivas, tampoco tenemos dudas de que el colosal presupuesto estatal destinado a publicidad podría estar influyendo en el tratamiento mediático de la gestión gubernamental. Esta relación monetaria genera un entorno donde los periodistas deben balancear su labor crítica con los intereses económicos que los vinculan al poder.
Pérdida de Relevancia y Superficialidad
«La Semanal» ha perdido su impacto como espacio relevante para abordar los asuntos más urgentes de la nación. En lugar de convertirse en un foro para cuestionar y debatir, se ha reducido a un escenario donde el presidente Luis Abinader lee planes y discursos preparados por sus asesores, sin abrirse a un verdadero escrutinio. Cuando surgen preguntas incómodas, estas son frecuentemente evadidas, dejando a la opinión pública con más dudas que respuestas.
Los cambios en «La Semanal» no son solo un intento de estructurar un espacio de comunicación, sino también una demostración de los desafíos que enfrenta la prensa en su papel fiscalizador.
Desde Hackeandoelsistema.net hacemos un llamado a la reflexión: ¿Cómo puede «La Semanal» recuperar su esencia como un verdadero espacio de diálogo y rendición de cuentas? Para ello, es esencial garantizar que la prensa pueda ejercer su labor sin condicionamientos y que los temas de mayor interés nacional sean abordados con seriedad y profundidad. Mientras tanto, seguiremos observando y analizando, porque la transparencia y la democracia necesitan espacios reales y no simulacros.
No te olvides de crear tu perfil en HES Social para que puedas comentar cualquier noticia, subir tus denuncias y compartir tus opiniones con la comunidad.

Si te parece interesante este articulo, difúndelo con tus amigos.
Te dejamos nuestros más reciente análisis: RD$6,600 Millones en Bonos Navideños: ¿Y las Cédulas Pa’ cuando?