El clima político en la República Dominicana se torna cada vez más tenso, y uno de los elementos que está causando revuelo en las redes sociales es la reciente designación de Roberto Salcedo, exalcalde de Santo Domingo, como embajador en Panamá. Esta decisión ha desatado una ola de comentarios negativos hacia los Salcedo, y de paso, hacia el presidente Luis Abinader, lo que refleja una profunda fractura entre el mandatario y ciertos sectores de la sociedad.
Aunque el nombre de Roberto Salcedo no ha sido un desconocido en la política del país, hay que reconocer que su figura había sido más o menos tolerada por la población. Su estilo de gestión como alcalde era, en general, percibido como manejable, sobre todo en comparación con otras figuras políticas. Sin embargo, su nombramiento como embajador no ha sido bien recibido por una parte significativa de la sociedad, especialmente a través de las plataformas digitales.
En las redes sociales, los comentarios no se hicieron esperar. Muchos usuarios se han desahogado con duras críticas hacia los Salcedo, acusando al presidente Abinader de colocar a una parte de la llamada “falsa sociedad civil” en posiciones clave mientras descuida a los miembros del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que, según ellos, han sido fundamentales en su ascenso al poder. La percepción de que el presidente ha ignorado a los verdaderos militantes del PRM y ha preferido rodearse de empresarios, figuras de la “sociedad civil” y otros actores ajenos a la política tradicional ha generado un rechazo feroz.
El núcleo de la frustración radica en que estos sectores que se sienten traicionados creen que la nominación de Salcedo es solo otro ejemplo de favoritismo hacia quienes no son parte activa del PRM, mientras que los miembros de la base del partido parecen estar relegados. Esta sensación de exclusión ha dado pie a una serie de improperios y comentarios llenos de desdén hacia el gobierno actual.
Los detractores de Abinader y los Salcedo ven este nombramiento como una señal de que el presidente está más interesado en fortalecer su red de aliados fuera de la política tradicional que en consolidar el apoyo de su propio partido. Para muchos, este tipo de nombramientos no solo es un golpe al corazón del PRM, sino también una muestra clara de que el poder político se está concentrando en las manos de aquellos que son parte de los círculos más exclusivos y alejados de las necesidades de la gente común.
¿Un Gobierno Alejado del Pueblo?
La tensión se profundiza cuando se analiza el contraste entre los nombramientos recientes y las expectativas de la ciudadanía. Muchos consideran que Luis Abinader ha puesto en su equipo a figuras que representan intereses ajenos a la mayoría de los votantes del PRM. En este sentido, no es de extrañar que la crítica hacia Salcedo no se limite únicamente a su figura, sino que se extienda al propio presidente, a quien se le acusa de dar la espalda a los sectores más vulnerables del partido y del país en general.
A la frustración de los militantes se suma la percepción de que el PRM ya no está siendo el vehículo para el cambio que prometió, sino una máquina política más enfocada en los intereses empresariales y de élite. Este distanciamiento entre la base del partido y su liderazgo es un fenómeno que podría tener repercusiones a largo plazo, sobre todo si el gobierno no rectifica el rumbo y retoma la conexión con los sectores que lo llevaron al poder.
El Efecto en las Redes Sociales
Las redes sociales, como suele suceder en estos tiempos, se han convertido en el termómetro más inmediato de la reacción popular. Los comentarios en Twitter, Facebook y otras plataformas digitales reflejan un claro sentimiento de frustración y desilusión. No son pocos los que, desde su perspectiva, sienten que Abinader ha dado preferencia a figuras que son parte de una élite desconectada de la realidad cotidiana de la población.
Este tipo de reacciones no solo perjudica la imagen de Roberto Salcedo, sino que también plantea una amenaza para el presidente Abinader, quien ya está viendo cómo sus decisiones generan un descontento palpable entre sus seguidores más fieles. En un contexto político tan polarizado, cualquier error de cálculo podría ser el detonante de una crisis interna para el gobierno y para el partido.
¿Hacia dónde va el PRM?
El rechazo hacia los Salcedo y el presidente Abinader no es un fenómeno aislado. Es el reflejo de un descontento más profundo con la forma en que el gobierno ha manejado ciertos nombramientos y la falta de atención a las verdaderas bases del PRM. La sensación de que el poder se está consolidando en manos de unos pocos, mientras la mayoría de los militantes y ciudadanos quedan al margen, podría tener repercusiones en las futuras decisiones políticas del país.
Si el presidente Abinader no rectifica esta percepción, corre el riesgo de ver cómo se desvanece el apoyo de aquellos que lo apoyaron en su ascenso, dejando al PRM en una encrucijada de difícil resolución.
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