Según los datos de Latino Barómetro, la aprobación del gobierno dominicano bajo la presidencia de Luis Abinader alcanza un notable 68%, superando ampliamente el promedio regional de América Latina, que se encuentra en el 43%. Este dato refleja el respaldo significativo de la población hacia la figura del presidente. Sin embargo, cuando se analiza la confianza en el gobierno, la cifra desciende al 52%, lo que indica que, aunque el presidente goza de un alto nivel de apoyo, la percepción sobre los funcionarios de su administración es mucho menos favorable.
La Figura del Presidente Abinader y la Desconfianza en los Funcionarios
Este desajuste entre la alta aprobación del presidente y la confianza más baja en los funcionarios plantea un interrogante relevante sobre la gestión del gobierno. Es evidente que la figura del presidente Abinader sigue siendo altamente valorada por gran parte de la población, lo que sugiere que sus políticas y mensajes, al menos en términos generales, han conectado con los dominicanos. Sin embargo, la confianza en los funcionarios de su gobierno es considerablemente menor, lo que refleja una percepción de deficiencia y falta de eficacia entre algunos de los altos cargos.
Diversos estudios han señalado que la impopularidad de varios funcionarios es un factor clave en esta disparidad. Entre los funcionarios que han sido señalados como impopulares y deficientes se encuentran aquellos con un historial de gestión cuestionable o que han estado involucrados en escándalos mediáticos. La falta de resultados visibles, la incompetencia en la implementación de políticas públicas, o la mala comunicación con la ciudadanía han erosionado la confianza en estos funcionarios. Aunque el presidente intenta mantener a estos funcionarios en su gabinete, el costo de esta decisión parece ser elevado, tanto en términos de percepción pública como de efectividad en la gobernabilidad.
El Costo de Mantener Funcionarios Impopulares
El caso de funcionarios impopulares que siguen en sus puestos es un fenómeno que afecta la imagen del gobierno. Aunque el presidente puede tener buenas intenciones al mantenerlos, ya sea por lealtad política o por otros motivos estratégicos, los costos de esta decisión son evidentes:
Percepción Pública Dañada: La presencia de funcionarios ineficaces o impopulares afecta la imagen general del gobierno, incluso si el presidente goza de una alta aprobación. La confianza en las instituciones del gobierno no depende únicamente de la figura presidencial, sino también de la capacidad y la integridad de los funcionarios que lo acompañan. En este sentido, la incapacidad de algunos funcionarios para ganar la confianza del pueblo refleja un desafío para la estabilidad y legitimidad del gobierno.
Desconfianza y Eficiencia: Los funcionarios cuyo desempeño es considerado deficiente o corrupto desatan la desconfianza, incluso en los programas y políticas que podrían ser beneficiosos para la población. Las malas gestiones, los escándalos o la ineficiencia administrativa se traducen en una pérdida de apoyo social, lo que eventualmente puede minar la capacidad del presidente para implementar su agenda.
Ruido Mediático Negativo: El «ruido mediático» generado por la presencia de funcionarios impopulares crea una distracción constante que hace más difícil para el gobierno enfocarse en sus logros y metas. Los medios de comunicación tienden a enfocarse más en los escándalos y los errores de los funcionarios que en los logros del gobierno, lo que reduce el impacto de las acciones positivas del presidente.
Recomendaciones para Mejorar la Confianza en el Gobierno
A partir de los datos del Latino Barómetro y el análisis de la situación actual, surgen varias recomendaciones para mejorar la confianza en el gobierno y fortalecer la imagen del presidente:
Reevaluar el Gabinete de Funcionarios: El presidente Abinader debería considerar una revisión de su gabinete, en particular de aquellos funcionarios que tienen un historial cuestionable. Cambiar a aquellos con bajo desempeño podría enviar una señal clara de que el presidente está comprometido con la eficiencia y la justicia, priorizando el bienestar de la población por encima de intereses políticos.
Refuerzo en la Comunicación de los Logros del Gobierno: Una estrategia efectiva de comunicación es clave para mitigar los efectos del ruido mediático negativo. El gobierno debe centrarse en visibilizar los logros tangibles de sus políticas, y en especial aquellos que benefician directamente a la población. Utilizar plataformas de comunicación directa, como las redes sociales, para destacar los avances y abordar de manera proactiva las críticas podría ser una forma de recuperar la confianza.
Transparencia y Responsabilidad: El presidente debería fortalecer los mecanismos de rendición de cuentas dentro de su gobierno. La creación de auditorías externas, el establecimiento de comités de transparencia y la aplicación estricta de la ley pueden ayudar a reducir la corrupción y aumentar la percepción de integridad del gobierno. A largo plazo, esto contribuiría a una mejora en la confianza de los ciudadanos.
Enfoque en la Capacitación y Resultados: Para aquellos funcionarios que permanecen en sus cargos, se debe garantizar que cuenten con los recursos, la capacitación y el apoyo necesario para realizar su trabajo de manera eficiente. Esto no solo aumentaría la efectividad del gobierno, sino que también mejoraría la percepción pública, al mostrar que el gobierno se preocupa por los resultados y la calidad de los servicios ofrecidos.
Evaluación de Impacto de los Funcionarios Impopulares: Se debe hacer un análisis profundo sobre los efectos de mantener en el cargo a funcionarios impopulares. Si los costos, en términos de imagen y efectividad, superan los beneficios de su permanencia, el presidente debería estar dispuesto a tomar decisiones difíciles para garantizar una administración más efectiva y más respetada.
Aunque la alta aprobación del presidente Abinader refleja un apoyo sólido a su figura, la falta de confianza en los funcionarios y las barreras mediáticas que generan ciertos sectores impopulares son factores críticos que pueden afectar la gobernabilidad.
Para garantizar el éxito de su gobierno, el presidente debe actuar con decisión en la selección y evaluación de su equipo de funcionarios, asegurando que estos contribuyan de manera efectiva a su agenda. La confianza pública es un recurso valioso y frágil, y el manejo adecuado de estos desafíos es esencial para consolidar la legitimidad y efectividad de su administración.
No te olvides de crear tu perfil en HES Social para que puedas comentar cualquier noticia, subir tus denuncias y compartir tus opiniones con la comunidad.
Si te parece interesante este articulo, difúndelo con tus amigos.
Te dejamos nuestros más reciente análisis: Crisis de Haití y la ineficacia diplomática dominicana: Melvin Sena critica la geopolítica dominicana.