En las próximas horas, el nuevo Secretario de Estado de los Estados Unidos Marco Rubio, realizará una visita oficial a la República Dominicana para reunirse con el presidente Luis Abinader. Según nuestras fuentes, esta reunión tiene dos temas fundamentales en agenda, y ambos podrían tener implicaciones graves para nuestro país.
La visita del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, a República Dominicana, programada para el 5 y 6 de febrero, se centrará principalmente en la crisis haitiana y en fortalecer las relaciones bilaterales. Rubio, el primer secretario de Estado de ascendencia hispana, incluirá esta visita como parte de su gira inaugural por América Latina, que también abarca Panamá, Guatemala, El Salvador y Costa Rica.
Marco Rubio visita la República Dominicana con la intención de aprovechar la actitud sumisa y complaciente de Luis Abinader hacia Estados Unidos. Este comportamiento, que algunos podrían calificar como servilismo, pone en peligro la soberanía nacional, dejando el terreno listo para que intereses extranjeros se impongan sin resistencia. La falta de firmeza del presidente no solo preocupa, sino que también indigna a un pueblo que exige líderes con dignidad y capacidad para defender los intereses de la nación.
El primer tema: la relación con China
Estados Unidos está profundamente preocupado por la creciente influencia de China en América Latina. Luego de décadas de desinterés por esta región, los estadounidenses parecen haber despertado ante el hecho de que China está ganando terreno económico y diplomático en lo que ellos consideran su «patio trasero». Ahora pretenden frenar esa influencia a toda costa, utilizando a países como la República Dominicana como piezas en su juego de ajedrez geopolítico.
Es importante recordar que nuestra soberanía no debe estar a la venta. Aunque el comercio y las inversiones son esenciales para nuestro desarrollo, también lo es mantener un equilibrio en nuestras relaciones internacionales, sin someternos a los intereses de ninguna potencia.
El presidente Luis Abinader confirmó que el tema principal será la crisis humanitaria y de seguridad en Haití, agravada por la violencia de las bandas criminales, además de abordar temas de interés mutuo como migración, acuerdos económicos y la X Cumbre de las Américas, que se celebrará este año en República Dominicana.
El segundo tema: deportados haitianos en territorio dominicano
El aspecto más preocupante de esta reunión es el rumor de que Estados Unidos quiere que la República Dominicana reciba deportados de nacionalidad haitiana en nuestro territorio. Esto sería una agresión directa contra nuestra soberanía y una carga insostenible para un país que ya enfrenta una crisis migratoria sin precedentes.
No podemos ignorar la actitud servil y sumisa que el presidente Abinader ha mostrado repetidamente hacia el gobierno de Estados Unidos. ¿Es esta actitud resultado de una estrategia de política exterior o simplemente un reflejo de una preocupante falta de dignidad y orgullo nacional? Nos preguntamos si el gobierno estadounidense tiene información comprometedora sobre Abinader que lo obliga a actuar de esta manera, o si simplemente disfruta de la humillación que implica decir «sí» a todo lo que ellos piden.
Rubio también sostuvo conversaciones previas con el canciller Roberto Álvarez sobre estos temas y felicitó al país por su postura en defensa de la democracia en Venezuela. La llegada de Trump a la Casa Blanca y el nombramiento de Leah Francis como embajadora estadounidense en el país refuerzan la importancia estratégica de esta visita para estrechar lazos diplomáticos y comerciales entre ambos países.
El momento de actuar es ahora
Si Luis Abinader acepta este acuerdo indigno y permite que más haitianos sean deportados a nuestro territorio bajo presión de Estados Unidos, los dominicanos debemos reaccionar con determinación. No se trata solo de un problema migratorio, sino de la preservación de nuestra soberanía, nuestra identidad y nuestra capacidad de decidir nuestro propio futuro.
No podemos permitir que un presidente traidor venda nuestro país al mejor postor o lo convierta en el vertedero migratorio de potencias extranjeras. Si este escenario se materializa, debemos tomar las calles y exigir la destitución inmediata de Abinader, incluso forzando su salida del país si es necesario.
La historia nos juzgará por lo que hagamos hoy. Es el momento de alzar nuestras voces y defender lo que nos pertenece. Los dominicanos hemos sido testigos de cómo el servilismo político y la corrupción han debilitado nuestra nación. No permitamos que esta visita oficial sea el principio de nuestra rendición como pueblo.
¡Despertemos, dominicanos! Es hora de actuar con valentía y amor por nuestra patria.
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