Los periódicos de antaño, que solían ser bastiones de información, hoy son meros eco-chambers al servicio de quienes tienen el poder. La narrativa que publican no es más que la versión sesgada de quienes los controlan. En un país como República Dominicana, donde recientemente se celebraron avances en libertad de expresión según índices internacionales, surge una pregunta incómoda: ¿a quiénes les preguntaron?
¿Acaso a los dueños de los principales medios de comunicación que han construido imperios con contratos millonarios provenientes del Estado? Esos mismos que, en lugar de fiscalizar al gobierno como el cuarto poder que alguna vez prometieron ser, se han convertido en cómplices de su agenda, priorizando sus intereses particulares sobre la verdad y el bienestar del pueblo.
Hoy, los periódicos y noticieros tradicionales, en la República Dominicana ya no cumplen su propósito de informar. En su lugar, funcionan como armas propagandísticas que distorsionan la realidad para perpetuar un sistema corrupto. Pero el gobierno no es ajeno a la decadencia de estos medios y, consciente de que su influencia ya no es la misma, ha puesto su mira en los nuevos actores de la era digital: los influencers.
A través de recursos públicos, han comprado el silencio y la complicidad de figuras con grandes audiencias pero con cero compromiso con la verdad. Mientras tanto, el país se encuentra atrapado en una espiral de desinformación, alimentada tanto por estos nuevos agentes como por los dinosaurios mediáticos que se niegan a evolucionar.
Desde el año 2020, el gasto del gobierno de la República Dominicana en publicidad ha alcanzado cifras históricas, consolidándose como una herramienta clave para controlar la narrativa pública y reforzar su imagen. Los datos disponibles revelan que millones de pesos han sido destinados a contratos publicitarios con los principales medios de comunicación, asegurando la difusión de mensajes oficiales mientras se silencia o minimiza cualquier crítica.
Esta inversión no solo incluye anuncios tradicionales, sino también pagos a figuras públicas, influencers y programas de opinión, consolidando una red de apoyo mediático que prioriza los intereses del gobierno sobre el derecho de los ciudadanos a una información imparcial y objetiva. Este fenómeno ha generado cuestionamientos sobre la transparencia y la ética en el uso de recursos públicos destinados a la comunicación estatal.
Desde 2020, el gasto del gobierno dominicano en publicidad ha experimentado variaciones significativas:
- 2020: Se destinaron aproximadamente RD$5,576.5 millones a publicidad estatal.
- 2021: El gasto se redujo a RD$3,650.5 millones.
- 2022: Se registró un aumento, alcanzando los RD$5,722.4 millones.
- 2023: El gasto en publicidad aumentó a RD$7,903 millones, la mayor cantidad en la historia del país.
- 2024: El presupuesto aprobado para estrategia, comunicación, publicidad y prensa gubernamental es de RD$4,197.5 millones, representando un incremento de más de RD$2,100 millones respecto al año anterior.
En este oscuro panorama, Hackeandoelsistema.net y Hessocial.com se alzan como faros de objetividad e integridad. Nuestro trabajo no responde a intereses particulares ni a agendas ocultas. Somos una plataforma impulsada por ciudadanos comprometidos con la verdad, un espacio donde la gente puede informarse y expresar sus ideas libremente sin temer represalias.
Hackeando el Sistema no es solo un nombre; es un movimiento. Fiscalizamos al poder y denunciamos las injusticias con la transparencia y el compromiso que los medios tradicionales han olvidado. Nuestra red social, Hessocial.com, es el lugar donde las voces de la comunidad toman protagonismo, donde las conversaciones giran en torno a la construcción de un mejor país, no al servilismo disfrazado de periodismo.
En un panorama mediático como el de República Dominicana, es crucial que los ciudadanos reciban la información con prudencia y escepticismo. La prensa, los noticieros, los programas de “investigación”, los comentaristas de radio y los influencers no siempre operan con la imparcialidad que aparentan, ya que muchos responden a intereses económicos o políticos. Antes de formarse un juicio de valor, es fundamental buscar varias versiones de una misma noticia y contrastarlas con fuentes independientes y confiables.
Incluso nosotros, como creadores de contenido en Hackeandoelsistema.net, invitamos a nuestra audiencia a cuestionarnos, analizar críticamente nuestro trabajo y buscar siempre la verdad por encima de las opiniones o agendas personales. Solo con una ciudadanía informada y analítica es posible avanzar hacia una sociedad más justa y transparente.
Hoy declaramos, con firmeza pero sin rodeos: no seremos cómplices de la corrupción mediática ni de la manipulación gubernamental. Invitamos a todos los ciudadanos que buscan una fuente de información libre de sesgos a unirse a nuestra causa. Es momento de cuestionar, de exigir y de construir una nueva era en la comunicación.
Porque la verdad no se vende. Y aquí, en Hackeando el Sistema, tampoco se calla.
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