Por Anna von Reitz
Si se investiga la virología y la manipulación genética implicadas en el desarrollo y la patentabilidad y el derecho de autor de la “ganancia funcional” que fue objeto del desarrollo del virus Covid-19, es evidente que el aumento de las tasas de infección se logró utilizando las mismas secuencias que promueven la infección por el VIH.
Esa fue exactamente el área de estudio y experiencia de Anthony Fauci. Y a través de su posición en el NIH financió la investigación en Wuhan, China. Oh, Dios mío.
Los monstruos entre nosotros tomaron el virus del resfrío común y lo “modificaron” añadiendo fragmentos de VIH, para hacerlo más infeccioso. Y luego, por supuesto, cualquier vacuna también tiene que tener fragmentos de VIH en ella, para sensibilizar el sistema inmunológico de la víctima.
La locura de las vacunas es que te inyectas con copias “muertas” de una bacteria o virus para provocar una respuesta inmunológica, que luego estará lista para atacar a la verdadera. Sin embargo, como un virus ya está muerto, cualquier vacuna para un virus es en realidad una pre-infección por una copia falsa del mismo virus.
En realidad te estás infectando con la esperanza de construir una reacción inmunológica más fuerte… y en este caso, el virus de la vacuna contiene secuencias de VIH. Incluso los Conejitos Tontos que actuaban como Administradores de las Naciones Unidas de AUSTRALIA tuvieron el suficiente sentido común como para retirarse y considerar la responsabilidad de la vacunación forzada de millones de personas con una vacuna que contiene el VIH.
¿LA PREGUNTA SERIA, TE PONDRÍAS TU ESA VACUNA?