En un país que honra a Juan Pablo Duarte como el principal forjador de nuestra independencia, resulta indignante observar cómo los ideales del Patricio han sido enterrados bajo una avalancha de corrupción, ambiciones desmedidas y entreguismo. Desde el año 2000 hasta hoy, los presidentes que han dirigido los destinos de la República Dominicana han traicionado, de manera descarada, los principios que sustentaron la lucha por nuestra libertad.
Hipólito Mejía: Arrogancia e incapacidad disfrazadas de populismo
El gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004) fue una cátedra de improvisación, nepotismo y burla al pueblo dominicano. Duarte soñó con una nación soberana y justa, pero Hipólito, con su incapacidad administrativa, hundió la economía del país, llevando a millones de dominicanos a la pobreza. Además, su gobierno estuvo marcado por un descontrol absoluto en el manejo de los recursos públicos, dejando claro que su único objetivo era perpetuar su círculo de poder.
Leonel Fernández: El arquitecto de la corrupción moderna
Leonel Fernández (1996-2000; 2004-2012; 2020-presente) es el epítome de la traición a los ideales de Duarte. Bajo su mandato, la corrupción institucionalizada alcanzó niveles sin precedentes. Las obras sobrevaluadas, los contratos leoninos y el desfalco sistemático de los fondos del Estado reflejan su desprecio por los valores patrióticos. Duarte abogaba por la honradez y el sacrificio por la patria, pero Leonel ha demostrado que su prioridad es el enriquecimiento personal y el fortalecimiento de su maquinaria política.
Danilo Medina: La ambición desmedida
El mandato de Danilo Medina (2012-2020) no fue más que una continuación de los vicios instaurados por su predecesor. Su gobierno estuvo marcado por la expansión de la corrupción, como lo evidenció el escándalo de Odebrecht, y una haitianización sin precedentes que pone en peligro nuestra soberanía nacional. Duarte luchó para preservar nuestra identidad, pero Danilo optó por vender la patria al mejor postor, demostrando que su amor por el poder supera cualquier sentido de lealtad a la nación.
Luis Abinader: Inútil, incapaz y corrupto
Luis Abinader (2020-presente) llegó al poder bajo la promesa de un cambio, pero su gobierno ha sido una vergonzosa continuación de los mismos errores y vicios de sus antecesores. Su incapacidad para gobernar ha quedado expuesta en la falta de soluciones a los problemas estructurales del país. Además, su administración está plagada de los mismos actos de corrupción que caracterizaron a Leonel Fernández y Danilo Medina. Abinader no solo ha fallado en cumplir las promesas de cambio, sino que también ha demostrado ser cómplice del saqueo y entreguismo que tanto dañan a nuestra patria.
Una condena histórica
Es claro que ninguno de estos presidentes ha gobernado con los ideales de Juan Pablo Duarte. Han preferido llenar sus bolsillos y satisfacer sus ambiciones de poder en lugar de luchar por una República Dominicana justa, libre y soberana.
Duarte soñó con una nación donde la honradez y el patriotismo fueran las bases del liderazgo. Sin embargo, estos mandatarios han convertido nuestra patria en un botín para la corrupción, el nepotismo y la entrega.
La historia no los absolverá. Hipólito Mejía, Leonel Fernández, Danilo Medina y Luis Abinader deben ser enviados al zafacón de la historia, donde descansan los traidores y los indolentes. El pueblo dominicano merece líderes que honren el legado de Duarte, no parásitos que destruyan lo que tanto costó construir. Es momento de exigir un cambio real y recordar que la patria no es negociable.
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